domingo, 6 de noviembre de 2011

Preparando la maletas

¡Hola chic@s!
Supongo que ya tenéis lista la maleta, ¡uf qué nervios!, creo que alguno no podrá dormir esta noche.

Espero lo paséis bien y conozcáis nuevas e interesantes cosas.


Aquí dejo una breve historia de Daroca," para ir abriendo boca"
Daroca fue fundada en el siglo VIII por árabes del Yemen que aportaron a estas tierras la religión del Islam y la cultura del cultivo de regadío. Siglos antes hubo un poblado celtíbero.
En el siglo IX, se convirtió en una de las medinas más importantes de la Marca Superior de al-Andalus. Entonces era una ciudad pequeña pero muy poblada, con abundancia de jardines y viñas; todo allí era abundante y barato, escribió al-Himyari.
El Cid, a fines del siglo XI, la conquistó y allí estuvo el Campeador durante varios meses curándose de una larga enfermedad.
Los musulmanes levantaron la nueva medina de Daroca al abrigo de una poderosa fortaleza, aprovechando una suave y soleada ladera. Pero la fundación tuvo tanto éxito que a lo largo del siglo XI las casas llenaron toda la ladera y se desbordaron por el fondo del barranco.



Conquistada en el mes de junio de 1120 por el rey Alfonso I de Aragón, la villa de Daroca creció con nuevos barrios y arrabales a lo largo del siglo XII gracias a las numerosas y variadas gentes que acudieron a Daroca desde Francia, Castilla, Aragón, Navarra y Cataluña a causa de las amplias libertades que en ese fuero se contenían:

 "Yo, Ramón Berenguer, príncipe de Aragón, hago esta carta a los barones y pobladores de Daroca y les doy fuero para que sean libres..."

 Nadie fue en aquella Europa feudal tan libre como los darocenses. Fue entonces cuando se construyó el barrio de la Franquería, articulado en torno a la calle Mayor, de más de seiscientos metros de longitud y ocho de anchura, que la convierten en una de las calles medievales más amplias y monumentales de Europa.


Centro político, jurídico y económico de una extensa área, Daroca fue un centro comercial, con celebración de muy afamadas ferias que atraían a gentes de Castilla, Cataluña, Valencia y sur de Francia –hasta setenta y ocho días al año fueron feriados en los siglos XVI y XVII– y cultural, pues fue dotada de escuela eclesiástica, de gramática y de un estudio de artes.
En la ciudad se ubicaron importantes talleres de pintores, escultores y orfebres, y sus capillas de música y sus músicos alcanzaron gran fama.


Daroca se rodeó de un amplísimo cinturón de murallas de tapial, ladrillo y piedra de casi cuatro kilómetros de extensión, con tres castillos, más de cien torreones y varias puertas, dos de ellas, la Baja y la Alta, monumentales. Dentro del recinto murado y en el arrabal exterior crecieron iglesias, monasterios y a partir del siglo XV palacios y casonas; hasta veinte iglesias, seis conventos y varias decenas de palacios y casas palaciegas llegó a contar Daroca.


 Durante la Edad Media coexistieron en Daroca tres comunidades religiosas: la cristiana, mayoritaria y dominante, la musulmana, con una población de más de trescientos miembros que se reunían en torno a un barrio propio con su mezquita y sus servicios, y la judía, que llegó a ser la tercera aljama de Aragón en el siglo XIII.




A mediados del siglo XVI  los darocenses construyeron su obra más descomunal, tras quizás las murallas. Se trata de la famosa Mina, un gigantesco túnel de quinientos veinte metros de longitud, seis de anchura y siete de altura que atraviesa una montaña  para que las aguas de las tormentas no atravesaran el centro de la ciudad –varias veces el agua destruyó numerosas casas– y tuvieran salida al río. La Mina es probablemente la obra hidráulica más importante de la Europa Moderna.


El famoso milagro de "los Corporales" –el paño con las seis hostias ensangrentadas halladas según la tradición en 1239 en el reino de Valencia y depositadas en Daroca– fue uno de los principales motivos de atracción de peregrinos, que desde el siglo XIV al menos han acudido el día del Corpus a la iglesia colegial de Santa María, donde todavía se guardan.
El siglo XX ha tenido dos momentos bien diferenciados: comenzó con grandes esperanzas, con la población aumentando gracias a la instalación de pequeñas industrias, al desarrollo de la agricultura de secano y al auge del comercio, pero desde 1940 entró en una imparable regresión demográfica, que ha provocado que Daroca entre en el siglo XXI con la cifra de habitantes más baja de su historia.
  Texto de José Luis Corral 

Puedes seguir conociendo la ciudad de Daroca en el siguiente enlace

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Araceli, me gusta lo que has puesto, hasta has publicado el tiempo de Daroca. Espero que descanses de nosotros está semana .


Héctor Ruiz.

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