miércoles, 23 de noviembre de 2011

El día que me convertí en mosca


El día que me convertí en mosca


¡Hola!, soy Gruf.
Veréis, hace poco me ocurrió una cosa increíble: ¡me convertí en una mosca! Y es que el día anterior, mi hermana Shravni me había deseado que me convirtiese en una.
- ¡A ver si así salía volando y no me volvía a ver!-me gritó.
Mientras iba revoloteando, sentí una asquerosa atracción hacia… ¡una mierda de perro! Y descubrí que, para el sentido gustativo de las moscas, cada caca tiene un sabor diferente; por ejemplo, los desechos de caballo eran más dulces que los de un perro.
Intenté averiguar a través de todos los ojos que tenía donde estaba, y vi:
1º una brizna de hierba,
2º un parque
3º la pandilla de mi hermana arremolinada
4º a Shravni llorando porque yo había desaparecido.
Me acerqué y me posé en la palma de su mano. Ella me acercó a su mejilla, empapada de lágrimas.
-¡Hola Cheese! – Me dijo entre lloriqueos- (al parecer me había convertido con la mosca que fue su mascota en verano), y me dio un beso.
Entre sollozos dijo:
- Si me hubiese callado, Gruf no se habría ido. ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Le habrá pasado algo?
Una lágrima me cayó encima y me convertí  en mi mismo de nuevo. Pasados un par de minutos le dije a mi hermana:
-  Te perdono, yo también me porté mal. ¿En paz?
- Sí, me contestó.
                                                                                                                           Shravni  Turón

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡De verdad, que arte tiene esta chica para las historias! A mi a su edad me costaria por lo menos 2 días (como mínimo)me encanta saber que tiene imaginación. Digale que siga así y llegará muy lejos esta alma de escritora.
saludos

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